No hay tal vez frase más clara que ésta para explicar nuestro Camino. Como siempre explico en las charlas, el Universo tenía un Plan, pero dicho Plan no estaba escrito, pues se escribiría en cada paso, en cada experiencia que le transformaría. Por ello, todo lo que existe, es un enorme trazado de millones de caminos que creamos en cada paso, y sabiendo que hay un objetivo, recreamos los caminos para llegar a él. Ningún camino está errado, pues todos conducen al mismo punto: la Unidad del TODO, tras su experimentación e integración, la superación de uno mismo y la transformación.
El Camino Harwitum, es así uno de esos tantos caminos, cuyo objetivo, dentro del todo, es colaborar con el anclaje del Cielo en la Tierra, aplicando la Divinidad en el Plano social, que es el que nos concierne a los Humanos atrapados en los Sistemas desconectados como los actuales.
Recordemos pues, que nuestro camino, es un camino de reconocimiento de la Co-creación:
"Somos lo que hemos creado, las realidades son sólo los resultados de los actos que nosotros mismos hemos generado, y digo nosotros mismos, porque somos el resultado del reciclaje constante de las energías de este mundo: todo lo que vive en este mundo sigue existiendo en este mundo, desde sus inicios. Hemos estado aquí desde los principios, y seguiremos estando, razón por la cual es nuestra responsabilidad en el presente de cambiarlo todo, pues si no lo hacemos, los resultados que vivamos en el futuro, serán producto de nuestros actos hoy."
Tras milenios de haber cerrado las puertas entre el Espíritu y la Materia, es momento de abrirlas. El Divino Espíritu, se conecta al mundo mediante los sistemas emocionales, de transformación, que llamamos Alma, y que se plasman en la Vida, en el Cuerpo para ser experimentados e integrados por el Ser que conforman los 3 Unidos.
La Hipófisis es el punto físico por el cual el Espíritu comunica al Cuerpo su propósito, que es nacer, transformarse, vivir, gozar, experimentar, trascender, integrar, amar. En la sociedad, los Templos cumplen dicha función, pero si nosotros como individuos, solemos perder este mismo sentido en nuestro mundo interno y en el entorno, cuando la sociedad lo hace, podemos llegar al doloroso momento de un conflicto que nos afecta a todos como pueblos y naciones.
La Religión así, se adueñó de esta conexión, y muchos se abusaron de dicho poder sosteniendo la desconexión del Cuerpo Social.
La Llave que abre la puerta del Espíritu es dicha Hipófisis, dichos Templos, y solo desde su interior, reconociendo que todos la hemos cocreado, podemos reconectarnos, y transformarnos, reconociendo la unidad, y que los errores no son más que experiencias, y que jamás podremos transformar un sistema en amor, si para lograrlo usamos las mismas herramientas que utilizó el odio y el control.
No podemos juzgar como antes lo hicimos, no podemos luchar como antes, no podemos crucificar, ni matar, no podemos acallar ni prohibir, ni castigar, ni condenar ni maldecir, pues son todas las respuestas que hemos estado tratando de soltar; son las reacciones del pasado.
"Si buscas resultados diferentes, no hagas siempre lo mismo"
De esto se trata ROMA-AMOR. Transformar Roma, los Sistemas, en este tiempo, no se vale de criticarlos y destruirlos, sino de actuar de una manera inesperada para ellos, abrazándolos, honrándolos, agradeciéndoles, e invitándolos al cambio reconociendo nuestra parte en los errores, y por lo tanto, reconociendo en nuestro interior la solución y su trascendencia.
Amor es Transformación, y sólo se puede transformar si estamos dispuestos a aceptar y soltar, a rendirnos ante el cambio, reconociendo que fueron los grandes cambios que nos llevaron a ser lo que somos, a superarnos una y otra vez. Pero ha llegado el momento de actuar diferente, de sorprender en el cambio, ingresando a los sistemas desde el máximo amor, transformándolos sin ideologías, sino desde la Unidad, desde las bases.
¿Acoso ustedes en sus vidas, buscando un camino de conciencia, de iluminación y de reconexión espiritual, le dan golpes a sus cabezas? ¿Le pegan a su cerebro, lo critican y defenestran? ¿Lo juzgan por ser el causante de sus males? ... ¿O con integridad reconocen que su cerebro, que su pineal e hipófisis, son parte de ustedes? ¿Reconocen acaso que su corazón, que late, es parte de ustedes? ¿Que cada glándula está allí haciendo lo mejor que puede, pero que son ustedes los responsables de que todos estén en armonía?
Preguntémonos cuál es nuestro método interno para buscar la Verdad y la Divinidad en nuestro interior... y sólo en ese instante que sepan reconocerlo, observen en su exterior, los sistemas, la sociedad, el cuerpo del Planeta Tierra: todos somos ella, y los sistemas somos nosotros y cada uno, y mis actos generan consecuencias en el Todo así como un riñón puede generar problemas en un ojo, lo que tú consumes puede generar ceguera en una empresa.
Por ello, en Harwitum, el Camino del Norte al Sur, estamos abranzando y reconectando el mundo, a través de varios caminos que nos ayudan a reconocer la belleza hasta en lo oscuro, en unir en lugar de separar, a reconocer en lugar de criticar, a proponer en lugar de defenestrar, un Gran Cambio en el Mundo debe cambiar en Grande también sus Métodos.
"Construyamos Catedrales en nuestros Corazones"
El 15 de Junio, un grupo de Peregrinos nos dirigimos físicamente al Vaticano, unidos en la Red con cientos y miles de caminantes que desde diferentes partes del mundo, enviaron su intención para el giro de la frecuencia de una de las Llaves o Hipófisis más grandes del mundo.
La Energía del mundo, que viaja a lo largo de miles de años por las Cordilleras del planeta impulsando el cambio, se está asentando en los Andes, y el Sur se convierte así en la Guía y nueva Visión del Mundo. El Sur, pues, debe llevar el mensaje al Norte, para que la Pacha Mama se una con el Padre Cielo, y el Padre Cielo descienda sobre ella, gestando una Nueva Humanidad.
Un Papa del Sur representa en el Vaticano el ingreso de la frecuencia del sur en la Hipófisis más importante de los últimos 500 años, con lo cual, los caminantes, desde la neutralidad, fuera de la religión, en conciencia de Unidad, debemos abrazar esta energía, y plasmarla en el corazón de quien desde el interior del sistema, puede cambiarlo todo.
Abrir las Puertas del Cielo, es girar la Llave que le ha controlado, el Poder del Norte sobre el Sur, la opresión, la conquista, es el Cielo desconectado de la Tierra, y sólo el Amor puede unirlas, por ello, desde el máximo Amor, nos lanzamos a recorrer las Catedrales, y girar la Llave, amando a la Hipófisis.
No fuimos al Vaticano por ser Católicos ni Cristianos, pues muchos transcendimos las religiones, para reconocer que son todas caminos que llevan a la Divinidad, pero que el verdadero Camino, está en el Interior, y como Familia, debemos respetar las diferencias, que a la vez, nos unen y hacen ser a la Humanidad la magia de la Creación que es, con sus malos y buenos aspectos.
Construir catedrales en nuestros corazones, es amar los sistemas desde nuestro interior, volver al centro del poder en el ser, el cual sólo reflejamos en el respeto y amor por el todo y sus diversas formas.
Estas son las mismas palabras que trasmití al Papa Francisco, y que comparto aquí.