Médicos y curanderos trabajarán juntos en un hospital de Argentina
Una “machi” realiza un ritual a un enfermo en un hospital. (ProAraucanía)
Mario Chippitelli - @Chipitelix
Con hierbas y plantas que ofrece la tierra, al ritmo del tambor que sonó durante mil años, al calor de los fogones, buscando el equilibrio entre el hombre y la naturaleza. De esa manera comenzarán a curar a los enfermos en un hospital de la Patagonia argentina, mezclando la medicina tradicional con la del pueblo mapuche (aborígenes de la zona).
La novedosa iniciativa –segunda en toda América Latina- se pondrá en marcha a fines de este año en un poblado llamado Ruca Choroi, en la sureña provincia de Neuquén, donde habita la comunidad mapuche Huenguihuel.
En ese espacio virgen, de paisajes agrestes y naturales, funcionará el hospital intercultural Ranguiñ Kien, nacido de un trabajo entre equipos técnicos de salud de la provincia de Neuquén y las comunidades aborígenes de la región, una experiencia que se realizó durante los últimos 15 años.
Diseño original
El diseño del edificio es una medialuna perfecta, con características muy particulares: Tendrá salas para hacer análisis y estudios de la medicina tradicional, pero también contará con un espacio para prender fogones, que utilizarán los curanderos cada vez que tengan que tratar a un paciente.
También habrá lugares específicos para los “yerbateros” y los componedores de huesos, práctica paralela a la que realizarán los traumatólogos. Y tampoco podrá faltar la sala donde el “machi” -máxima figura de la ceremonia curativa mapuche- realice sus rituales, invocando a los poderes de la naturaleza.
Mezcla de ciencia y saber ancestral
Se trata de una fusión de culturas y de saberes. Una amalgama compleja entre dos civilizaciones que conviven desde hace poco más de un siglo en un territorio que antes era habitado exclusivamente por los pueblos indígenas hasta la llegada de los españoles, en 1879.
“La biomedicina no alcanza a suplir las necesidades de salud de la comunidad, dejando de lado otros aspectos que sí son considerados por la medicina mapuche como la familia, el pasado y el ambiente”, aseguró Fabián Gancedo, médico rural del hospital de Aluminé y conocedor de la cultura mapuche por todo el trabajo que realizó durante los últimos años.
El médico reconoció que fue un intercambio intenso y productivo, pero que tuvo que sortear inconvenientes. Por ejemplo, hubo que pensar hasta la orientación de las camas para que no dieran hacia el oeste, punto cardinal al que los espíritus mapuches van luego de su paso por el mundo.
“Era algo que molestaba a los pacientes de las comunidades; era como si se los predispusiera para el final, la muerte”, explicó Gancedo en una entrevista realizada al sitio oficial del gobierno de la provincia de Neuquén.
De la misma manera opinó Lorenzo Loncón, werkén (mensajero) de la Confederación Mapuche Neuquina y especialista en plantas de la zona.
De la misma manera opinó Lorenzo Loncón, werkén (mensajero) de la Confederación Mapuche Neuquina y especialista en plantas de la zona.
Ritual mapuche de curación
“Cada persona mapuche tiene un “newen” (fuerza) de origen; puede ser un árbol, o una piedra, o una estrella. El “machi” entra en sintonía con toda esa organización circular de la naturaleza, no sólo ve lo físico sino todo lo espiritual, buscando el comienzo de la enfermedad ligado a tu origen y al territorio”.
Esta primera experiencia comenzará a funcionar formalmente en la salud pública de la provincia a fines de este año, cuando el hospital se termine de equipar, se organicen los médicos y “machis” que trabajarán en el edificio y culminen todos los detalles de la estructura administrativa.
La ciencia moderna, con antibióticos y prácticas médicas científicas, se mezclará con las plantas medicinales, las oraciones a la naturaleza y los fogones. Será una experiencia inédita. Y una forma de comprobar la convivencia entre dos culturas tan distintas.
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