viernes, 11 de diciembre de 2015

OSHO- JESÚS SE ENGENDRÓ A SI MISMO.

Jesús se engendró a si mismo – Por Osho

23 diciembre 2013 - Textos de Osho
Vino
Existen dos tipos de nacimiento. Uno, por medio de otros —del padre y de la madre— un nacimiento corporal. El otro nacimiento tienes que dártelo a ti mismo, tienes que nacer de ti mismo; tienes que ser el útero, el padre, la madre, y el niño. Tienes que morir al pasado y nacer al futuro. Tienes que engendrarte a ti mismo. Por eso digo que el libro comienza de una manera increíblemente hermosa, muy significativa: Jesús no engendró a nadie, se engendró a si mismo.
Este es el dignificado de crucifixión y resurrección. Se crucifica el cuerpo, el espíritu no puede ser crucificado. El cuerpo puede ser destruido, el espíritu no puede ser destruido.
El cuerpo es denso: una espada puede cortarlo, el veneno puede matarlo; incluso aunque nada vaya a matarlo, la muerte llegará y el cuerpo se habrá ido. Tiene que marcharse, está sujeto a irse; solo permanece allí en el momento presente. Aquellos que son conscientes, utilizan su tiempo para crear espíritu en ellos.
El cuerpo es como las uvas. Las uvas tienen que extinguirse. No puedes guardarlas por mucho tiempo —se pudrirán; pero de ellas puedes hacer vino, por eso también se le llama «espíritu». Puedes crear espíritu de tu ser, un vino. Las uvas no puedes acumularse, son temporales, momentánea. Pero el vino puede permanecer siempre. De hecho, cuanto más añejo, más preciado y valorado es. Tiene una duración atemporal, algo que pertenece a la eternidad.
El cuerpo es como las uvas, y si lo utilizas correctamente, puedes crear vino dentro de ti. El cuerpo desaparecerá, pero el vino puede permanecer, el espíritu puede permanecer.
Jesús ha hecho muchos milagros. Uno de ellos es transformar el agua en vino. Esto es una metáfora —no lo tomes literalmente. Si lo tomas literalmente, destruyes su significado, su sentido. Y si tratas de demostrar que es un hecho histórico, eres un estúpido y, contigo, Jesús también parece un estúpido. Son metáforas del mundo interior.
El mundo interior no puede ser expresado literalmente, sino simbólicamente —solo alegóricamente. Convertir el agua en vino únicamente significa crear lo eterno, convertir lo que no perdura en aquello que sí perdura.
Si guardas agua, antes o después empezará a oler mal. Sin embargo, puedes guardar vino durante años, siglos; y cuanto más tiempo pase mejor será, más fuerte, más potente. El vino es una metáfora de lo eterno.
Jesús se transforma a través del sacrificio. Nunca nadie puede transformarse sin sacrificio. Tienes que pagar por ello: la cruz es el precio que se paga. Tienes que MORIR para volver a nacer, tienes que perderlo todo para ganar a Dios.
Jesús se engendró a si mismo. Este fenómeno sucedió en la cruz. Durante un momento él dudó, estaba muy desconcertado —lo cual es natural—. Durante un momento no podía ver a Dios en ninguna parte. Todo estaba perdido, estaba perdiéndolo todo; iba a morir y parecía que no hubiera ninguna posibilidad… Esto le ocurre a todas las semillas. Cuando se introduce la semilla en la tierra, hay un momento en el que se pierde así misma, y deberá dudar, las mismas dudas que tuvo Jesús en al cruz. La semilla está muriendo y debe agarrarse al pasado. Quiere sobrevivir, nadie quiere morir. Y la semilla no puede imaginar que esto no es la muerte, que pronto resucitará envuelta de mil maneras, que pronto empezará a desarrollarse como brote.
Osho, de El Significado Oculto de los Evangelios

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