jueves, 17 de octubre de 2013

AURAS DORADAS, ANGELES HUMANOS Y CONCIENCIA MULTIMENSIONAL

CAPITULO CINCO - POR CELIA FENN.
AURAS DORADAS,  ÁNGELES HUMANOS Y CONCIENCIA MULTIDIMENSIONAL 

Los Niños Índigo y Cristal que vienen a este planeta son conocidos como Niños de las Estrellas. A menudo, ello se debe a que cada vez hay más de sus almas en las estrellas, almas que todavía no se han encarnado con anterioridad en la Tierra. Vienen en equipo en este tiempo con la misión especial de asistir a la Tierra y a sus habitantes en su transición y renacimiento como una Nueva Tierra dimensionalmente superior.
Pero mientras que estos seres parecen humanos corrientes, de hecho tienen acceso a un rango que supera el potencial humano. Están más abiertos a quienes son, más cercanos al reconocimiento de su esencia y orígenes divinos.
Los niños índigo nacen en el rayo álmico índigo de la encarnación y la evolución. Esto significa que tienen acceso a los dones de la clarividencia y la sanación. También son capaces de acceder a lo que podríamos denominar la cuarta y quinta dimensiones de la conciencia, mientras que la mayor parte de los humanos sólo pueden acceder a las dimensiones tercera y cuarta. 

Este acceso a las dimensiones superiores junto con los dones del rayo álmico índigo, hace que los índigos sean de manera natural más inteligentes, sensibles y clarividentes. También son creativos y con frecuencia son capaces de acceder a sus cerebros derecho e izquierdo con facilidad, lo que les hace artísticamente dotados, pero también aventureros y tecnológicamente competentes.
Por otro lado, los niños cristal nacen en su mayoría en el Rayo Dorado de la encarnación y la evolución. Nacen en la sexta dimensión de la conciencia, con el potencial de abrirse con rapidez al nivel de la novena dimensión de la Plena Conciencia Crística, para pasar desde allí posteriormente a la decimotercera dimensión que representa la Conciencia Universal.
Estos dones y habilidades hacen a los seres cristal inmensamente poderosos y creativos. Muchos de ellos son portadores de los rayos dorado-magenta, lo que los hace maestros de la creación, especialmente con luz y sonido. 

Esto se manifiesta en el plano terrestre como creatividad musical y artística. Además, los que llevan el rayo índigo-plata tienen los dones de las madres y diosas del planeta, siendo portadores de la vibración femenina del cuidado y la sanación. 

Por otro lado, los del rayo rojo-dorado llevan la vibración masculina de la manifestación y con frecuencia son los líderes en su sentido más activo.
El futuro niño cristal será conocido como ser cristal arcoiris. Es el Ser Humano Universal plenamente desarrollado de la Decimotercera Dimensión, capaz de llevar y de transmitir todos los rayos de la encarnación y de la evolución en su campo vibratorio. Ya hay seres cristal arcoiris en el planeta Tierra, pero todavía les falta abrirse a su pleno potencial.
Para las personas comunes, lo que resulta excitante de estos desarrollos evolutivos es que los seres índigo y Cristal traigan estas vibraciones al planeta para compartirlas con los demás. Con su sola presencia, ayudan a que los demás entren en esas vibraciones nuevas y además se abran a su pleno potencial. 

El regalo índigo–cristal al planeta es el regalo de la evolución y del acceso a nuestro pleno potencial, regalo que hacen a cada uno de los seres humanos que hoy habitan el planeta, si ellos así lo eligen.
Hasta aquí, muchas personas que están permitiendo que se produzca este cambio o transición en sus propios campos áuricos, han sustituido su estado de conciencia tridimensional original por el índigo y, posteriormente, el cristal, gracias a la ayuda de los niños, que sostienen la vibración. 

Estos adultos ya son capaces de sostener el rayo Dorado de la evolución en sus ocho chakras, y están ayudando a implantar la matriz para la creación de la Nueva Tierra. Esta luz dorada pulsátil puede ser vista claramente en sus auras por los que poseen clarividencia y habilidad para percibir colores áuricos.
EL ANGEL HUMANO

Uno de los regalos de este proceso transicional es que los humanos están haciéndose conscientes de quienes son en realidad: espíritus en cuerpos humanos; en otras palabras, de que son ángeles en forma humana.
Durante muchos miles de años fuimos conscientes de nuestras conexiones con los reinos superiores, pero siempre sentimos que nuestro estado material y humano nos separaba de alguna manera de nuestra herencia angélica. 

Hablábamos de nuestro Ser Superior, sabiendo que teníamos acceso a este aspecto de nosotros mismos, pero por alguna razón no era una parte muy importante de quienes éramos y sólo se podía acceder a él en la meditación.
Parte de la razón para ello es que nuestras formas físicas fueron encerradas en la tercera dimensión, pero nuestro Ser Angélico o Superior, al estar constituido por una energía mucho más fina y tener una vibración superior, se sentía más en su casa en las Dimensiones Superiores. Por lo tanto, siempre hubo una brecha entre la manifestación material del cuerpo humano, la conciencia y la realidad espiritual.
Sin embargo ahora, con el cambio vibratorio que está experimentando el planeta, apropiadamente denominado ascensión, la Tierra y sus habitantes tienen la oportunidad de ascender desde la tercera dimensión de la conciencia, remontando hacia las Dimensiones Superiores. 

A medida que la conciencia vaya ascendiendo cada vez más, el mundo espiritual irá acercándose, hasta que en lugar de esa grieta haya un continuo denominado Conciencia Multidimensional.
En ese estado, el ser humano es capaz de acceder con facilidad tanto a los reinos materiales como al espiritual. Ya no hay ninguna necesidad de meditación intensa, ya que el acceso al reino espiritual es inmediato y evidente

Las personas que han alcanzado un estado multidimensional han accedido ya a su estado o presencia angélica, reconociéndose a sí mismos como ángeles o seres espirituales que además tienen un cuerpo humano y son capaces de desenvolverse como seres materiales en el plano material.
En ese punto, puede decirse que el Ser Superior y el inferior se han fusionado y el ser humano ya es un Ángel Humano.
El Ángel Humano siempre es consciente de sí mismo en cuanto a que es tanto angélico como poderoso y creativo. Ellos no tienen necesidad ni tiempo para cosas tales como el miedo o los dramas de victimización. Prefieren emplearlo en crear la clase de realidad en la que puedan sentirse felices y satisfechos.
Muchos niños índigo y cristal casi han llegado ya a ese punto de consciencia, si es que no están ya plenamente en él, así como muchos adultos índigo-cristal que ya han hecho su transición a ese estado. Son estos nuevos seres, capaces de recuperar sus herencias tanto humana como angélica, los que crearán la Nueva Tierra.
Aquí es importante señalar que resulta imperativo que quienes ya hicieron esa transición a la conciencia de sus seres angélicos sean igualmente conscientes de lo importante que es ser humano y estar bien arraigado a las dimensiones o planos materiales. El fin de la transición es traer el Cielo a la Tierra, no ir flotando a ningún estado paradisíaco desarraigado.
Los Ángeles Humanos tienen trabajo. Crear una Nueva Tierra que traiga el Cielo a la Tierra. Y ya que el cielo no es tanto un lugar como un estado de la conciencia, estos Ángeles Humanos van a tener que trabajar duro para traer los estados de conciencia de las dimensiones superiores al plano terrestre. 

Una vez que se consiga esto, nacerá una cultura planetaria que respetará a todos los seres como manifestaciones que son de la Esencia Divina. Y esta cultura reflejará ese respeto en su paz, su armonía y su creatividad.

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