miércoles, 23 de abril de 2014

EL VERDADERO NOMBRE DEL ALMA. POR MATIAS DESTEFANO


por Matías De Stefano

"Cuando uno viaja por los recónditos caminos de Sör-ah, los Campos Álmicos, se puede encontrar con diversos tipos de seres... las almas, son criaturas muy extrañas, pues se encuentran divididas en su ser, y su esencia es tan densa para los seres a los que los espíritus estamos acostumbrados, que sus quehaceres y realidades pueden generarnos muchos problemas en nuestro camino."



Esa es la historia de un espíritu que decidió por primera vez cabalgar un alma... un alma de color blanco... Su ser era radiante, y su camino prometedor... Pero de las almas, hay algo fundamental, que los espíritus no solemos entender... Ellas no pueden ser, si nosotros no les damos un nombre.

Cada esencia álmica es diferente, incluso dentro de cada una de ellas, y eso las hace únicas, tan únicas, que no pueden concentrarse en su labor si no poseen un nombre diferente para cada una de sus energías.

Nosotros conocemos a estas esencias o energías, como la aglomeración de las presiones estelares que amoldan a los seres para un mejor desarrollo y aprendizaje... más comunmente conocido como "Personalidad".

La personalidad es aquello que da a los seres la mejor herramienta de trabajo para desarrollarse plenamente en sus funciones a cada paso y vida que realizan... pero algunos espíritus, aun no hemos entendido muy bien la importancia de la personalidad...

Kalum, era uno de esos espíritus...

Él viajó por el universo, llevando a este alma consigo, la cual le permitiría nacer y experimentar en los mundos físicos... Pero Kalum, tenía un gran temor... su temor era olvidar quién era, y de dónde venía... Los espíritus, debemos enfrentarnos a algo tremendo cuando elegimos el camino de la vida, y es olvidar el camino de la esencia de la Totalidad... pues ya no pertenecemos más a esa Totalidad como hasta entonces la entendíamos y vivíamos, ahora, la vemos a través de los ojos del alma, a través de lo individual, de las emociones, y así fue planeado; esa es otra de las grandes cosas que nosotros, tememos realizar... vivir las emociones y ver el universo a través de un alma, es un desafío para todos, y muchos, temerosos, intentan no olvidar nunca quiénes son, y así no perderse en la inmensidad.

Fue así que Kalum, huyó de todos los ángeles del Límite. Éstos ángeles, con una bella caricia, cortan toda comunicación con el espíritu, para permitirle al alma hacer su trabajo. Estos ángeles son muy respetados, pero a la vez temidos al llegar a un mundo físico... Eso hizo que Kalum se escondiese de ellos, una y otra vez... y en los momentos en que no podía huir de sus caricias, se proponía durante toda la vida buscar esa conexión, de esa manera, muchos espíritus creían poder liberarse de las confusiones del alma, y seguir comunicados con el Supremo Ser.

Kalum nació muchas veces, y en todas sus vidas, su alma dicidió tener diversos nombres: Hob, Karen, Manik, Robert, Alba, Axel, Deán Gomez, Pehuen, Rodrigo, Casius, Quan-Xi, Ian... pero a expensas de que su alma elegía estos nombres para desarrollar sus armas, herramientas, potenciales y bellezas, en todas sus vidas buscó una y otra vez su nombre, su Verdadero Nombre... Kalum... Kalum... Kalum... Kalum...

Y, Kalum... volvió a la luz, a los Campos Álmicos, conectado con la Totalidad, vívido de su Luz Divina, llevando con gracia los colores de su alma, y orgulloso de haber vivido siempre para buscar su conexión con el Divino, se enfrentó a su Juicio... su juicio individual. Este Juicio, es una valoración propia de todo lo que se ha hecho y aprendido en la vida, de cuantas cosas hemos experimentado, y las observamos en los Registros Generales de Información, de la misma manera que podría proyectarse una extensa película en un bellísimo cine de luz...

Kalum... ay Kalum... él observó su película y vio... vio que todas las películas de sus vidas eran iguales... y vio algo que el llamó la atención: no había aprendido nada.

¿Qué sucedió? pensó exaltado este hermano espiritual... La respuesta, era muy clara: había pedido la ayuda de un alma, y jamás le permitió ayudarle.
Temió tanto de vivir en la desconexión, que se hacía llamar por su Verdadero Nombre, en sitios que no correspondían... Kalum no era la vibración que le ayudaría a salir adelante en la crisis económica de Alemania... Ian era quien lo haría, Kalum no era quien lucharía en las batallas de Roma, Casius sería ese héroe, Kalum no era quien enseñaría sobre los libros a los niños, ese sería Hob. No era Kalum quien amase a su marido y a sus hijos, esa sería Alba...

Muchos espíritus deseosos de no olvidar su conexión, han olvidado que al nacer, lo importante no es seguir conectados, sino disfrutar de la luz que nos da la experiencia del vivir, y esa experiencia, no nos la da nuestro espíritu, sino nuestro alma. Nuestro Alma sabe muy bien qué nombre será el que le ayudará a cumplir con sus tareas, a disfrutar de los amigos, a convivir con el resto de los seres, a trabajar, a superarse, a reír y llorar, a lograr nuestros objetivos y misiones...

Aprendí mucho de Kalum, pues nos enseñó a todos con su sacrificada vida, que lo importante no es mantener la conexión, que lo importante no es recordar nuestro verdadero nombre, sino que lo importante, es disfrutar de cada momento, de cada experiencia, y es el alma quien nos regala esta belleza, que es el cuerpo, y su herramienta, su luz y color, que es la personalidad, vibrando en su bello sonido que es su nombre... en cada momento de nuestras vidas...

Millones de Milenios más tarde, era mi turno, yo, Ghan, un bibliotecario de los Registros, que debía nacer en un planeta físico. Siempre recordé mi Verdadero Nombre, Ghan... y resuena en mi interior la verdad... Ghan...Ghan... pero aprendí de Kalum, que siendo Ghan, no lograría nada en mi vida, pues Ghan no tiene la fuerza para trasmitir, Ghan no tiene la fuerza para comunicar, para hacer reír y conversar, no tiene la fuerza para disfrutar, dirigir y amar... es por eso que respeto y disfruto de la decisión de mi alma, cuyo designio ha sido nombrarme Matías Gustavo, los dos nombres que sí me darán la fuerza para cumplir y concretar.

Respetar los nombres que se nos han dado en la vida, es fundamental para vivir con felicidad el cumplimiento de nuestras misiones... Es así como los invito a recordar sus Verdaderos Nombres, pero honrar hasta los Cielos, el nombre que su alma ha sabido muy bien elegir para Ser Aquí y Ahora.

Espíritus, los saluda atentamente desde el planeta Tierra, el día del presente

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