Monsanto, ¿será juzgado?
Como ya estaba previsto, este 15 y 16 de octubre el accionar de la multinacional Monsanto, gran compañía de semillas (modificadas genéticamente) y agroquímicos recientemente adquirida por Bayer, será evaluado en el “Tribunal Internacional Monsanto”.
¿De qué se trata esto? Es una iniciativa de la sociedad civil que busca reunir todas las pruebas posibles para incorporar el “ecocidio” (o sea, el daño, destrucción o pérdida de ecosistemas por el accionar del hombre u otras causas), a los delitos de los que se ocupa la Corte Penal Internacional de La Haya y así, de una vez por todas, poder juzgar a Monsanto y los daños que su modelo agrícola ha generado a cientos de comunidades de todo el mundo.
¿De qué se trata esto? Es una iniciativa de la sociedad civil que busca reunir todas las pruebas posibles para incorporar el “ecocidio” (o sea, el daño, destrucción o pérdida de ecosistemas por el accionar del hombre u otras causas), a los delitos de los que se ocupa la Corte Penal Internacional de La Haya y así, de una vez por todas, poder juzgar a Monsanto y los daños que su modelo agrícola ha generado a cientos de comunidades de todo el mundo.
Además, participarán más de mil organizaciones de todo el mundo y referentes tales como: la filósofa y escritora india, Vandana Shiva; la periodista y escritora francesa, Marie-Monique Robin, quien realizó el documental “El mundo según Monsanto”, entre otros.
Las historias son muchas, pero todas tienen un mismo objetivo: ponerle un límite al avance de las multinacionales sobre la salud de los pueblos; que los representantes del mercado se hagan responsables de lo que generan en su búsqueda de rédito económico.
Hasta el momento no existe ninguna herramienta jurídica para realizar acciones penales contra una multinacional como Monsanto. Y esto es lo que es necesario revertir para que el círculo de la impunidad pueda cortarse.
Cinco jueces internacionales participarán de las audiencias y emitirán un dictamen consultivo que considerará si Monsanto violó los derechos al entorno seguro, limpio, saludable y sostenible; el derecho a la alimentación; a la salud; y a la libre investigación científica. También considerará si fue cómplice de un crimen de guerra y si podría tratarse, entonces, de “ecocidio”. Para esto se tendrán en cuenta los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos, y el Estatuto de Roma.
La elección de La Haya tampoco es fortuita: probablemente allí las voces de la sociedad civil (hasta el momento disgregada y, muchas veces, silenciada) puedan tener más eco y repercusión a nivel internacional.
Además, este debate cobra aun más relevancia en este momento donde, hace muy poco, se hizo pública la compra de Monsanto por parte de Bayer. Si es que el Tribunal encuentra a la multinacional responsable, las voces se alzarán aun más, tendrán mayor volumen y esperamos que también un correspondiente correlato a nivel jurídico; ya que es de esa única manera que es posible reclamar, hacer justicia y ponerle un límite al avance de las multinacionales sobre la salud, la tierra, el trabajo y la cultura de los pueblos.
Aun así, y como era de esperarse, Monsanto salió al ataque y, a través de una carta abierta, señaló que el Tribunal es: “Un evento escenificado, un juicio simulado donde los críticos de la tecnología anti-agricultura y anti Monsanto, juegan el rol de organizadores, jueces y jurado, donde el veredicto está prefijado”.
Por eso es tan importante que las organizaciones de la sociedad civil puedan encontrarse, articularse y plantarse con firmeza. Quien está del otro lado no es fácil, pero las voces no podrán ser acalladas.
El Tribunal será emitido en directo en internet desde la página web: http://www.monsanto-tribunale.org/
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