El Servicio Uno
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Muchas veces confundimos el Servicio a los demás con los actos más visibles y materiales.
Los grandes eventos sociales, las meditaciones en grupo, las conferencias, los talleres, las donaciones o actividades en las organizaciones humanitarias entre otros son tan solo algunas posibilidades.
Hay muchos niveles, hay muchos grados de actividad de la Luz desde la más densa hasta la más sutil. Ella emana de nuestro profundo Corazón según el modo de Ser de cada uno.
Todavía persiste la visión habitual de que “dar es hacer” o “dar es mostrarse” en numerosos hermanos y hermanas.
(Minutos de Silencio, efusión vibral de la Divina Madre)
El Servicio es sobretodo ofrecernos en el Silencio, desde la Quietud interior surge la más eficaz aportación, empezamos primero desde dentro.
En cualquiera de los casos, estemos donde estemos, hagamos lo que hagamos o dejemos de hacer en esta 3a dimensión, nuestro cuerpo de Eternidad siempre asiste allí donde se requiere. Él sólo nos pide nuestro abandono a la Gracia que somos.
En este mundo donde tantos y tantos hermanos sufren todo tipo de percances, nuestra Presencia y entrega es ciertamente un bálsamo para todos ellos. No nos damos cuenta del potencial enorme que tenemos queridos hermanos(as), subestimamos a la Gracia, subestimamos el poder de la Divina Madre, la Fuerza del Padre. Ellos son nosotros.
Mientras nos hinchamos a comer y nos preocupamos en numerosas ocasiones por tonterías miles se mueren de hambre o en las guerras, miles agonizan sin aparente esperanza.
No se trata de sentirnos culpables o “mal” por ellos, se trata de sentir como el mundo está plenamente en nosotros, el “desaparecer” de este mundo y la Plenitud del vacío no significan de ninguna manera evitar lo ajeno pues en Verdad nos estamos ignorando a nosotros mismos.
Tenemos realmente un miedo atroz por lo que Somos, tenemos miedo del AMOR, en mayúsculas. Esto es así. Las envidias, el odio, la apatía, la comodidad, la rabia, la ira… emergen a la superficie de esta ocultación.
Es tanto lo que podemos “hacer” por el prójimo (que somos nosotros mismos) desde la Presencia… las vibraciones de Amor, nuestros alineamientos irradian para todos sin excepción e infunden consuelo.
Este mundo lo sabemos, él es maya, es una ilusión, sí… pero ¿acaso la Humanidad se percata de ello?, y en lo que concierne a nosotros ¿lo vivimos en Verdad o nos quedamos atrapados en las múltiples trampas de la Matriz?
(Minutos de Silencio, efusión de la Divina Madre)
Cuando dejamos “para mañana” la responsabilidad con nosotros mismos, demoramos la Paz, la Plenitud de nuestro Ser y también en los demás.
El Servicio y el “trabajo” de la Luz es continuo, la Gracia no espera, la Danza global no se detiene con nuestros miedos o pequeñeces cotidianas… tenemos que estar bien alineados, bien firmes las 24 horas del día, es importante mantener nuestra conciencia en la medida de lo posible.
Tenemos que acostumbrarnos a un “esfuerzo” regular para ir hacia la Luz, no en una obsesión por el Ahora, la rigidez no funciona y además es muy agotadora.
Entreguemos simplemente la persona al Padre, a la Luz blanca. No nos sirven las excusas de que estáis muy cansados u ocupados, no nos sirve cuando nos comentáis que tenéis muchos bloqueos o problemas.
Justamente por ese motivo !nos conviene centrarnos más que nunca!
Y aunque no a todos nos corresponde quizás dar en lo material o actuar en lo material en un mometo dado, sí que todos podemos Dar mediante nuestra entrega ferviente al Ser Uno, a la Fuente que somos.
(Minutos de Silencio, efusión vibral del Padre)
Un minuto de distracción en nuestra cómoda vida puede significar en ocasiones un infierno para otro hermano o hermana… muchas veces no somos conscientes de nuestro inconmensurable Poder supremo.
Entonces ¿cómo ayudarles?, ¿que podemos hacer? y ante todo, ¿nos ayudamos primero a nosotros mismos?
El Corazón nos guía, la Gracia nos conduce… no forzosamente en un “actuar” sino más bien en una apertura a lo Divino, sean cuales sean las consecuencias que esto suponga para nuestras vidas.
A veces la mejor forma de ayudar es precisamente no ayudar, en otras ocasiones nos conviene retirarnos por un tiempo prolongado, en otras en cambio sí es preciso involucrarnos de algún modo… la guía infalible es siempre nuestro Corazón.
Tenemos que acostumbrarnos a darnos a nosotros mismos primero, completamente, en el Aquí y Ahora. En cada respiración, en cada palpitar, en cada pensamiento o sentimiento. Es nuestro mejor regalo, es nuestra ofrenda.
Y si la mente nos despista, volvamos de nuevo a centrarnos en la Quietud del Corazón, !tengamos esa valentía! ¿hay mayor prioridad que reconocer a nuestro Ser? Impregnarnos de ese Espacio infinito, ilimitado… el Espacio exquisito del Espíritu, de nuestra viva Existencia.
Cuando padecemos o sufrimos nosotros, ¿quién es el que sufre? ¿quién hay ahí dentro?
Observemos neutros el suceso, observemos al que mira, observemos la Presencia… y saltemos valientes al tobogán Absoluto pues todo es Brahmán.
(Minutos de Silencio, efusió vibral de los Elohim)
Si aceptamos en humildad que todo es Brahmán, el mundo entero está en nosotros, la mente, el ego, las dificultades, el Amor, la Vida, el cuerpo, la persona, todo es incluido, todo se integra, todo es Brahmán… no hay nada que rechazar.
Y a su vez no somos nada de lo conocido sin ignorar tampoco lo conocido, disfrutamos de la Vida pero no nos sujetamos a nada ni a nadie.
Soltemos esos miedos, esa culpabilidad… tanta ira, !tanta contención! Si vemos que no somos eso, si lo vemos auténticamente la dificultad va a desaparecer y nosotros vamos a desaparecer también con ella.
No son tan solo bellas palabras, siente el Testimonio, siente la Presencia.
(Minutos de Silencio en el Cristo)
Cuando superamos un bloqueo, cuando trascendemos el dolor lo hacemos para el mundo entero. Estamos alentado, animando a nuestros semejantes.
Porque todos sin excepción pasamos por procesos similares… no hay nada de que avergonzarse, no es una señal de ser más o menos espiritual o “evolucionado”, ¿quién es el que se identifica con todo esto si no es la persona?
Ya somos perfectos en Esencia, somos completos y libres. Sólo nos falta voltearnos a nuestra naturaleza primigenia. Confirmarlo una y otra vez. Habituarnos.
El cuerpo físico no tiene que controlarnos, él por supuesto va a protestar, él siente que se “muere”, déjalo morir, déjalo caer… si persistimos con demasiadas atenciones lo reforzamos de nuevo.
El Fuego vibral aviva todo lo que falta por disolver, aviva las trampas del ego, nos corresponde “darnos cuenta”, verlas sencillamente en calma, sin identificarnos.
Tenemos que atrevernos a “morir en carne”, no es una metáfora simbólica lo que os comunico queridos hermanos y hermanas. Cuando llega el momento no lo tenemos que evitar… hay que demostrar, hay que experimentar como trascendemos los estados, como superamos las limitaciones en Transparencia.
Es nuestra confirmación de que estamos listos, es nuestra confirmación con la Eternidad, la casa limpia, el Templo abierto al Cristo cósmico.
Reposamos en él, confíamos en él desde el Servicio Uno,
os amo y devuelvo Gracia,
Eugeni Garcia
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