viernes, 7 de junio de 2013

INTENCIÓN HUMANA. ORACIÓN Y SANACIÓN. ESTUDIO CIENTÍFICO


Intención Humana
El Dr. William Tiller es un profesor emérito de la Universidad de Stanford y cofundador del Instituto de Ciencias Noéticas y la Academia de Parapsicología y Medicina.

La mayor parte de su carrera fue profesor en el departamento de 'Ciencia Materiales e Ingeniería’ en la Universidad de Stanford y sus muchos temas fueron la metalurgia, los crecimientos de cristales, materiales semiconductores, etc. Sin embargo, en los años sesenta comenzó una carrera nueva en un tema que siempre le había interesado, el estudio de las áreas paranormales e inexplicables de la conciencia humana.

Su investigación tuvo como objetivo cerrar la brecha entre la ciencia y la espiritualidad. Por lo tanto, adoptó estrictos protocolos científicos en su investigación de tal manera que con seriedad podría atraer la atención de otros estudiosos.

Se interesó en el estudio de las energías sutiles, energías como la energía Reiki, utilizadas en la curación de humanos por personas espiritualmente inclinadas, que actualmente no podía ser explicado por nuestro conocimiento científico.

El Dr. Tiller desarrolló un tipo ultra-sensible de contador Geiger para medir las energías sutiles emitidas por las manos de los maestros de Reiki y demostró la existencia de un campo de energía que no está en el espectro electromagnético. Este experimento fue un estímulo positivo para la comunidad de Reiki, que ahora tenía una confirmación científica de que los campos de energía de Reiki eran reales y que se podían medir.

En su investigación, el profesor Tiller se dio cuenta de la intención de sanar, enviada a las manos de los practicantes de Reiki, tenía un importante efecto en la producción de energía medida. A partir de estos experimentos se llegó a la conclusión de que las intenciones humanas a través de nuestros pensamientos y sentimientos tienen un efecto mensurable sobre la realidad física.

También probó a Maestros de Qi Gong y descubrió que sus manos tenían el equivalente magnetismo curativo de un imán de 20,000 gauss. Sus palmas emitían un haz de radiación infrarroja (de 1 a 4,5 micrones de longitud de onda) que tenía propiedades curativas.

Tiller llevó a cabo una serie de experimentos para estudiar el posible efecto de la intención humana a partir de estrictos protocolos científicos. Él construyó un dispositivo especial llamado un Dispositivo Eléctrico de Intención Impresa (DEII), que irradiaba una energía electromagnética muy débil, de menos de una millonésima parte de un vatio. Pidió a cuatro seres humanos capacitados que entraran en un estado profundo de meditación para imprimir la intención de la experiencia a la DEII.

Luego, el experimento doble ciego se llevó a cabo con dos dispositivos DEII idénticos, una fue impresa a través del proceso meditativo y el otro fue dejado intacto. Los dispositivos de DEII que fueron impresos fueron colocados en habitaciones separadas frente a los sujetos.

Los siguientes cambios (cambio estadístico aleatorio p <0,001) fueron observados:

  • La acidez (pH) del agua podría ser intencionalmente subida o bajada una unidad de pH
  • La actividad de una enzima del hígado humano podría ser aumentada por 15 a 30%
  • La tasa de crecimiento de las larvas de una mosca podrían se incrementadas en un 25%
Los resultados medidos fueron muy significativos, la posibilidad de que se hubiera producido por casualidad, eran menos de uno en 1000.

Con estos experimentos, William Tiller había demostrado de una vez por todas que nuestras intenciones humanas tienen un efecto real apreciable en la realidad física. Después de pruebas continuas durante 3 a 4 meses, él se dio cuenta de que los efectos intencionados del experimento continuaban incluso cuando el dispositivo DEII fue retirado de la sala. De alguna manera el ambiente del laboratorio en el que los experimentos se llevaron a cabo se habían condicionado. El dispositivo DEII ya no era necesario para obtener el mismo efecto.

Los experimentos de William Tiller pueden ser una indicación indirecta de que nuestras oraciones tienen un efecto real y son contestadas.

Tiller piensa que los lugares donde la gente se reúne con sus intenciones positivas para orar por mejores tiempos, puede quedar condicionado de forma permanente y se convierten en lugares sagrados, después de años y años de ser constantemente impresos con la misma intención.

Él explica el efecto que él midió afirmando que el estado de vacío físico en la sala donde se llevó a cabo el experimento había cambiado de alguna manera. En su estado normal, el vacío físico de la sala es energético, caótico y aleatorio.

Sin embargo, al imponer nuestras intenciones, el orden energético en el vacío físico puede ser significativo y cambiado de forma permanente.


 
 

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